miércoles, 18 de marzo de 2009

MUERTE MUTUA ¡¡¡ LEELO¡¡




Clínica Ginemedex: Dígame.
-Mire, le llamo de parte de Amparo (una asistente social madrileña con la que el periodista había contactado anteriormente) que me ha dado el nombre de su clínica. Mi chica está embarazada de 27 semanas y hemos tomado la decisión de interrumpir el embarazo. Lo tenemos totalmente asumido y nos han dicho que ustedes pueden realizar la intervención.
-Una pregunta, ¿existe alguna malformación?
-No.
-Sí, sería posible hacer esta intervención.
-Yo, antes de ir a Barcelona, me quiero asegurar de que no habrá ningún problema con el informe del psiquiatra. Que se hace y punto...
-Sí, claro.
-¿Podríamos ir la semana que viene? Lo único es que entonces estaría ya de 28 semanas.
-Yo le recomiendo que no esperen tanto. Si pueden venir el miércoles no esperen más.
-Ya, pero ¿se podría hacer la semana que viene? Es que, justo ahora, estamos liados con un asunto de trabajo.
-Sí, piense que ya por eso se tendrá que quedar un día aquí.
-¿Eh?
-Y ahora le digo también el precio: 3.310 euros.
El sabroso diálogo anterior es la trascripción de una conversación telefónica mantenida por un periodista (Miguel Gil: ¡Enhorabuena, tío, merecerías el Pulitzer por este magnífico trabajo, periodismo del bueno, de los que cambian el mundo) del semanario español Época
con una clínica abortista barcelonesa. Pero el asunto no acaba ahí. Otra llamada, también a otra clínica abortera barcelonesa (no podían llamar a Madrid porque el periodista corría el riesgo de que les citaran personalmente). En esta, el reportero vuelve a insistir en que se trata de un feto de casi siete meses. No hay problema:
-EMECE, buenas tardes.
-Quería saber cuánto cuesta practicar un aborto de veinte semanas.
-3.000 euros.
-¿Y si son 28 semanas?
-Hasta 28 semanas, 3.000. Si pasa, es más...
-¿Cuánto?
-Si lo hacen en la 29, les subo a 3.200 0 3.300 euros.
-¿Y en 30 de cuánto estamos hablando?
-Bueno, ya nos vamos a mucho.
-¿Cuánto?
-Nos vamos a mucho ya para hacerlo, pero tienen que venir antes.
-¿Y cuál es el método?
-Es un parto inducido y ya está. La madre tiene que quedarse aquí una noche.
Parto inducido. Atención a este punto. Es otro eufemismo que se refiere al aborto por ahorcamiento, precisamente el que Bill Clinton aprobó y George Bush pretende anular ahora. Se trata de dilatar artificialmente a la mujer, y extraer el feto por los pies. Luego, cuando la cabeza está dentro del seno materno, se le clava un punzón, se extraer el cerebro, se rompe el cráneo y se extraen los restos en pedacitos.


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